Como la forma más antigua de Resolución Alternativa de Disputas (ADR), la diplomacia involucra a representantes de países para llegar a la conclusión de que ambas partes están contentas, sin el uso de la violencia. Similar al arbitraje, la diplomacia usa negociaciones en lugar de armas.

Aquí discutiremos cómo tres países de la antigüedad, China, India y Persia, y cómo usaron la diplomacia, en lugar de la violencia, para mantener la paz.

China antigua

En el siglo VI a. C., Sun Tzu se convirtió en uno de los primeros hombres en el mundo en ser reconocido como diplomático. En un momento en que los emperadores competían por toda la tierra y el poder, Sun Tzu creó tratados de paz entre países, estableció aliados e intercambió tierras y propiedades. Sun Tzu es el autor del conocido libro “El arte de la guerra”.

India antigua

Un libro titulado “Arthashastra”, escrito durante la dinastía Mauray en el siglo III a. C., es un libro sobre política económica, avance militar estratégico y cómo los líderes deben usar la diplomacia. Se ha comparado con un escrito más conocido, el trabajo altamente político de Maquiavelo “El Príncipe”. Sin embargo, “Arthashastra” trata temas que Maquiavelo ignora, como la compasión por los esclavos, las mujeres y los pobres.

“Arthashastra” es muy parecido a una guía para reyes sabios y virtuosos, o Rajarashi, y cómo deben gobernar las tierras y los reinos de la India.

Persia antigua

La tierra del Imperio Persa, que es el área que rodea al Irán moderno, instituyó una nueva forma de resolución de conflictos. En ese momento, a cualquier civil se le permitía acercarse al Rey con una queja sobre cualquier cosa que deseara. Nadie podía interponerse entre el civil y su queja, o esa persona enfrentaría graves consecuencias. Si el problema era con el Rey, el Rey tenía que levantarse de su trono, quitarse la corona y corregir el problema de inmediato antes de reanudar su asiento real. Esto muestra que en la antigua Persia, incluso la gente aparentemente sin importancia era considerada por la realeza.

A juzgar por la sabiduría que poseen estas dos culturas antiguas, la política moderna puede tener algunas lecciones valiosas que aprender. Además, la gran sabiduría de estas tres culturas orientales ilustra que en realidad estaban mucho más avanzadas que sus contrapartes occidentales. Presumiblemente, mucho de lo que conocemos como diplomacia moderna y resolución alternativa de disputas internacionales probablemente esté muy influenciado por estas culturas desarrolladas de la antigüedad.