Hay algo en las matemáticas que es racional y perfectamente armonioso. En su nueva y poderosa novela, RF Georgy sostiene que todos nos hemos convertido en el número cuatro. Es decir, la idea misma de progreso se basa en lo racional y cuantificable. En una de sus citas más poderosas (este libro está lleno de citas memorables, Georgy declara: “Crees en el progreso. Crees en la perfectibilidad del hombre. Crees en el orden racional de los seres humanos. Crees en el palacio de cristal. Tú crees en … espera, no, adoras al número cuatro “. Lo que Georgy quiere decir con adorar al número cuatro es que vivimos en una era de ciencia, que ha logrado despojarnos de nuestra naturaleza irracional, rechaza la utopía que construimos como una ilusión y que nuestra verdadera naturaleza es irracional. Consideremos la era digital por un minuto. Según Georgy, “La información pinta, no tiene imágenes, no canta ninguna canción y no escribe poemas”. En una cita poderosa, Georgy usa otra analogía matemática para describirnos, “Somos el cero desafortunado que existe en el denominador de una fracción. Estamos indefinidos, un hecho sumamente desafortunado, te lo concedo”.
Es esta gran metáfora la que está en el centro del argumento de Dostoievski y Georgy contra la idea de progreso. El ordenamiento racional de los seres humanos asume que todos podemos ser moldeados a imagen de la ciencia. Hay algo perturbador y perturbador en la analogía matemática de Georgy. Así como el cero es indefinido para siempre cuando se coloca en la denominación de una fracción, nuestra existencia también es indefinida. Somos un misterio ontológico y, a pesar de todos nuestros esfuerzos por penetrar este muro existencial, siempre nos encontramos con el silencio. Aquí está la trágica ironía; construimos el dominio del conocimiento perfecto, tanto armonioso como racional, y sin embargo somos irracionales. seres. Quizás sea este absurdo de nuestra existencia lo que nos obliga a buscar respuestas perpetuamente. Lamentablemente, las respuestas nunca llegan.
¿Qué hace Georgy con nuestra naturaleza indefinida? Lo usa para recordarle a la ciencia que las respuestas a quiénes somos no vendrán convenientemente empaquetadas para nuestro consumo inmediato. Es decir, la ciencia no es la autoridad intelectual que quiere que creamos. Como nos recuerda Shakespeare:
“Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que sueña en tu filosofía”.
Notes from the Cafe es una acusación poderosa contra la ciencia, la tecnología, el progreso y la base de la era de la información. Todos los que cuestionen la idea de progreso que todos apreciamos deben asignar lectura a este libro.
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